Una parte apreciable de la sociedad actual no es consciente de la importancia que tiene la Ciencia, en general, y la Física, en particular, en nuestras vidas cotidianas. De hecho, en nuestra actividad diaria somos usuarios, y en muchas ocasiones totalmente dependientes, de multitud de dispositivos que se han desarrollado basándose en principios físicos.
Son muchos los ejemplos que podrían citarse: los reproductores de discos compactos; los omnipresentes códigos de barras que identifican los productos en los supermercados; la mensajería electrónica; la tecnología digital; los aparatos de diagnosis y tratamiento médicos; los ordenadores... y tantísimos aparatos cotidianos que sería prolijo enumerar.
Si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta que prácticamente todo el sistema de alumbrado y suministro energético en las grandes ciudades y también en áreas rurales está basado en el Electromagnetismo, una parcela de la Física que comenzó a desarrollarse a principios del siglo XIX, sin el propósito de ninguna aplicación inmediata, únicamente para entender la relación entre la materia y los fenómenos eléctricos y magnéticos. A principios del siglo XX surgió la Mecánica Cuántica, otra revolución en la Física que ha tenido como consecuencia, entre otras muchas cosas, la proliferación y miniaturización de los dispositivos electrónicos a los que estamos tan acostumbrados hoy en día. Hasta algo tan abstracto como la Teoría de la Relatividad General ha posibilitado la puesta a punto del moderno sistema de posicionamiento sobre la superficie terrestre (conocido por las siglas GPS) que ya incorporan muchos coches familiares.
Cayetano Gutiérrez Pérez Catedrático de Física y Química. Fragmentos del Prólogo del libro: Fisiquotidianía. Murcia. Academia de las Ciencias de la Región de Murcia. 2005.